Desafortunadamente
la vida no es así todos días, y la sonrisa no sale naturalmente, y el sol no
choca contra las doradas pieles. Están esos días mierdas, lisa y llanamente
mierdas, en esos en los que nada sale bien y parece que las personas, el clima
y hasta los muebles conspiran en contra tuyo. En esos en los que te gustaría poner
pausa y detener por un segundo el tren de la vida. Da la casualidad que en esos
días todo puede cambiar de rosa a negro en un segundo; una pequeña broma puede convertirse en el peor de
los insultos, y cualquier canción común y
corriente puede hacer que te sientas súper identificado.
Pero días dorados,
si los hay. Los mejores días son los espontáneos, donde no tenias puestas ningún
tipo de expectativas y al final, todo fluye. Las cosas salen solas, sin ser
buscadas, sin ser inventadas, porque, al final de cuentas la vida solo sucede,
quieras o no. Por eso mismo, no pierdas tiempo
en pensar que tan bueno va a estar el verano… piensa en el ahora, piensa hoy.
Después de
todo, ¿quien dijo que hoy no fue un día dorado?
Qué bueno, Pacha! Quienquiera que seas, comparto cada una de tus palabras y me las apropio y te acerco mi sentir junto a vos y mi reivindicación de la palabra como sabroso jugo de refresca la vida y la resignifica. Gracias!
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