lunes, 17 de septiembre de 2012

De esencias y reflejos

El reflejo, que cosa rara, eh. Parece ser algo, de hecho es igual a nosotros, o a lo que sea que se refleje. Pero... no tiene esencia el reflejo. Es una apariencia, y si los reflejos son apariencias, ¿por qué es que la gente se fija tanto en sus reflejos?

Porque nada ES si no tiene esencia, porque la esencia de LA ESENCIA es el SER. Lo que nos permite ser es nuestra esencia, y hay que cultivarla, no abandonarla. ¿Por qué? Porque nos convertimos en reflejos y entonce parecemos, no somos. 
Pero y claro, ¿no te das cuenta, che? El punto perfecto no existe, el balance, ¿para qué? Todo debe ser volcado a la esencia, eso creo yo.
Las apariencias casi nunca dicen la verdad, porque la verdad es hermosa y universal, tiene esencia. No parece nada, o mejor, parece lo que cada uno elije. Pero el trasfondo de la apariencia, lo que encierra y contiene, sí es igual para todos.

El reflejo es mentira, rompamos nuestros espejos.

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