Me gusta cuando llueve, porque no se nota que llueve.
¡Hermosa la bruma! Que oculta a la bruma.
Es esa tristeza que mata al triste.
Solo nace el ser reidor y la risa florece de la panza.
Me gusta cuando lloro porque entonces no se nota que llueve.
¿O era al revés? De nuevo.
Me gusta que llueva, así no lloro. O así no se nota. No, no. Me gusta que llueva para que si lloro, seamos lluvia con bruma, que disipa al triste para que nazca el reidor.
No sé.
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