sábado, 18 de mayo de 2013

Cantar de amor y de furia


I

Les canto.

Les quiero cantar a todos.
Hoy me levanto
y borro los contornos
de todos
de ustedes
de mí
de mis ojos 
de las horas
de la lluvia
de la risa
de la tibia piel

Nos diluyo, nos extraigo

nos mezclo
a todos, que ni uno solo quede entero
que ni uno solo sea unidad
que ni el más alejado ser se crea único
sino Todo
que se crea Todo, o Nosotros
que los montes abracen las praderas
y los árboles a los océanos
que los hielos árticos besen
los calores tropicales
que la tormenta se mezcle con la tierra
y nuestras manos acaricien otros lares

¡Y que ni uno solo sea unidad!

Oh, que ninguno escape
de la bella comunión
de la indómita unión
de la adrenalina de estar cerca
de la pasión del abrazo
que las almas, les digo
¡Que las almas se copulen!
¡Que engendren juntas la canción!
Que las melodías sangrantes
de nuestras venas
nuestras poderosas venas se entrelacen
que vomiten a borbotones
melodías y armonías
contrapuntos y voces corales

II

¡Que se condene al solitario!

Que el que abandone el abrazo
sea enterrado en el puro olvido
que la miseria de su egoísmo
la asquerosidad de su rechazo
la desidia de su trato
sea escupida por amantes y discípulos
por niños
por ancianos
por los árboles mismos
alzados en sus raíces
que los árboles los persigan 
a todos, y los aprisionen
que los poderosos troncos los encierren
a todos
a los solitarios
a los oportunistas
a los torturadores
a los que gritan guerras
a los que las obedecen
a los que especulan
a los que derrochan
a los que aclaman dictadores
¡Que todos y cada uno, oh
uno por uno, la totalidad de esas escorias
que todos, les digo, que todos caigan barridos!
Por nuestra furia, como hojarasca
ocre y parda, rojiza y naranja

¡Que los enloquezcan los dioses del Olimpo!

Y sus poderosos animales mitológicos
que abandonen las leyendas
e iracundos irrumpan en nuestras tierras
Todos, y cada uno
Los orgullosos centauros.
Los torpes cíclopes.
Los temidos titanes.
Los gloriosos héroes de antaño.
Las dulces y sensuales ninfas.
Las peligrosas sirenas.
La sexual Afrodita
La inteligente Atenea
El magnánimo Zeus
Y todos los otros
los famosos y los que no también
¡A todos, les digo, que se alcen! 
¡Rompan las cadenas de la mitología!
¡Háganse de realidad!
¡Demuelan el mito y persigan al solitario!

III

A ti, solitario, a tí que huyes de la unión

a tí, que solo te importan tus ojos
y no lo que ellos ven
a tí, que no aprendiste a amar
al distinto
al libre
al mendigo y al niño
a la embarazada
a los inválidos
a los heridos de guerra
a los de pieles diferentes
a los de casas desvencijadas
a los de gloriosas mansiones
a los que fueron torturados
a los que no también
a los abandonados
a los que son por siempre discriminados
a ti te digo, 
oh, solitario
que en tu tumba 
te pudrirás
solo
sin amigos
sin familia
sin historias que contar
sin sabiduría
solo
y olvidado
enterrado en el peso de tu excremento
aprisionado
apergaminado 
sin memoria 
ni sentido
sin amor ni lágrimas derramadas
sin escrúpulos
sin conmoverte
sin pasión

IV

Y nosotros, en tanto

a ustedes, a mí
a los que les canto
por el abrazo
por el amor que les tengo
a los seres hermanos
a los que son amigos
y no tanto
a los que siento con la yema de mis dedos
a los que miran los ocasos
a ustedes, hermosos humanos
le canto hoy
cuando me levanto
entre la niebla y las brisas
les canto mi amor
mi abrazo 
mi eterna unión.
Y es que mi canto
no es otro
que el canto
de los que lloran despacio
cuando termina su canto.

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