Valoro este mundo, esta vida, que toma forma.
Valoro el infinito, valoro conocer.
Valoro ser un cuerpo que no tiene direcciones.
Valoro poder en la duda a veces, quizás, tal vez, aparecer.
Valoro todo lo que conozco como bueno y como puro.
Los amaneceres, los árboles, las montañas, el ocaso.
Los ríos, las estrellas, el horizonte, las nubes.
Los pájaros, las ballenas, los linces y las liebres.
Valoro a la humanidad, con sus errores sus defectos.
Valoro porque seguimos, siempre seguimos y no dejamos de avanzar.
Valoro que conozcamos las respuestas inmediatas,
y valoro que desconozcamos todo aquello que no se puede palpar.
La muerte, el inconsciente, lo insondable, el infinito.
Valoro que algunos hayan encontrado su verdad.
Valoro también que no hay verdades absolutas,
valoro equivocarse, valoro amarse, valoro aprender.
Valoro en esta vida que las presiones no nos dejen ser.
Ellas nos reprimen a tal punto que a veces enloquecemos.
Pero en la locura, por fin podemos vivir.
Valoro tener conciencia de lo malo, de lo erróneo.
Valoro tener molestias, me obligan a seguir.
Valoro tener miedo, me ayuda a estar despierto.
Valoro ser inseguro muchas veces, muchas tantas,
al menos busco todo, no hallo nada, y vuelvo a buscar.
Valoro porque buscar me ayuda a definirme.
Finalmente me conozco, no muchos lo pueden decir.
Valoro tener puertas adelante y atrás.
Valoro que pasado ya pisó, que futuro se vendrá,
y que nada nada nada nunca lo va a cambiar.
Valoro que presente que se me aparece a veces,
que hermoso, qué hermoso, ¿qué hermoso?
Hermoso tener vida, tener muerte, hermoso existir.
Hermoso atravesar, hermoso equivocar.
Hermoso estar vivo, seguir aprendiendo.
Hermoso despedirse, siempre hay un reencuentro.
Hermoso estar vivo, hermoso respirar.