lunes, 28 de abril de 2014

Disonancia

Resulta que podrías haber sido la mar y te dio miedo. Vos, vigoroso y pedante, dijiste ser la Revolución de los cuerpos desnudos y sos el trapo viejo de la lavandería. Un recuerdo hermoso y oxidado de ego. Resulta, ahora, que sólo fuiste una pieza descuajeringada, un engranaje de dientes mellados que gira en falso. Mira vos, tan gigante y eterno que te hacías ver, ahora sos una pasa de uva llena de nada, vacía de todo. De todo lo que decías estar lleno, lo cual es aún más terrible.
Resulta que decías ser el sol y ni siquiera soportabas el más mínimo roce de ninguno de sus rayos. Asombroso. Resulta que vos, maestro del aparentar, genio del artificio, decías ser yo, y yo no puedo ni reconocerme en ese espejo resquebrajado.

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