lunes, 20 de enero de 2014

Perdiendo el tiempo: pensando


Debería. Debería ser más sencillo escribir. Quizás es que las palabras se atoran y no fluyen. Es decir, las ideas. O de golpe no se puede derramar el sentir en papel. No sé. Pero quizás pasan días y días y no escribo. Meses. ¿Mataré al artista por el militante? ¿Es eso justo? ¿Es eso sano? ¿Ideal o sentimiento? ¿Pero cómo? ¿Acaso no son lo mismo? No sé como hacer que se fundan mis ganas de crear con mi pensar… que se abracen y entrelacen, se miren y se tomen de los brezales esos dos.
Voy matando, cada vez que algo nuevo me ocupa, a todo lo que lo antecedió. Sin entender que solo lo que antecedió me llevó a lo que soy ahora. No puedo sin embargo, no puedo - y es el colmo de la impotencia, del río hecho dique, del aire putrefacto y perdido en cordilleras- no puedo nacerlos juntos y hacerlos respirar la misma materia liquida.
¿Cómo, cómo -me pregunto-, puedo hacer para ser el loco y el racional, el cabello y los ojos, el descriptivo y el expresivo, impresionismo o surrealismo o realismo o cubismo o qué, el mate  y la pava, la pregunta y la respuesta?
Porque lo que soy y me enferma, porque me desgarra, me mutila silenciosa, invisiblemente, es mi dualidad. Yo entero, una gigantesca dualidad (o una pequeñísima dualidad) que se alimenta de su misma sangre derramada y la bebo, y la sangro y la lamo y la degusto y  tiene gusto a sal y a llanto, a bosque y tierra mojada, al metal de las balas y de las joyas  saqueadas, a olvido y añoranza, y es caliente y sabe bien pero me destroza la panza que me arde y me pide por favor basta de la sangre que sabe bien y yo, maldita sea yo que solo atino a rodear mi panza y seguir bebiendo litros y litros de dualidad o de sangre, ya ni sé, porque lo único que ocupa mi desperdigado océano es esta sangre inmunda y deliciosa (¡basta de dualidades!) que me comparto a mí mismo muriéndome lentamente y puta madre que hace frío y es tedioso discutir con uno mismo, y es ahora que entiendo que mi auto-canibalismo no es una dualidad ni mucho menos, es sangre servida en copa bistró que  inunda mis ojos, o lágrimas que inundan mis venas y mierda que fue lindo ser dualidad pero ahora quiero dormir.

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